Me cago en la nada

Confundí mis días, confundí la cama grande, confundí el intercambio parlanchin, confundí la música, confundí las manos, confundí la transpiración de los cuerpos, confundí la tarde soleada de pelos coloridos, confundí palabras, confundí de territorio-porque parece que me pusieron una aduana y no tengo documentos para pasar-, confundí la simpatía, confundí la mente.
Me cagué en los días, me enamoré de las ilusiones, me drogué con el aire, me asfixié en mis pensamientos, me hize daño buscando sacar jugo a las imaginaciones, me fui infiel en los actos.
Demasiado complicado, demasiado torbellino, demasiado absurdo, demasiado relativo, demasiado todo, demasiado el todo, demasiado la nada.
Ahora cuelgo de un hilo dónde por fin comienzo a sentir que marcho tranquilamente luego de haber atravesado la etapa de los párrafos anteriores.

Qué me duele la cabeza y dejaré esta efímera chachara mental por un rato.
Igual, sonrio tan contenta por saber que todavía la luz no decidió acabar de una vez por todas con el mundo.