El miedo acecha, siempre, latente, escondido entre los pies. Pero siempre latente, invisible, a veces demasiado visible, demasiado intacto, y no se esconde sino más bien cubre todo tu cuerpo con esa capa frustrada de emociones rotas asquerosas y repugnantes. Qué cuesta escribir o hablar todo aquello que ronda en la mente, todo aquello que parece terrorífica o hermosamente maravilloso, ¿tanto cuesta?. Mis dedos se bloquean mientras analizo lo que quiero escribir o hablar, y todo se pone mas seco, sin gracia, absdurdo . Siento todo esto mudo, comienza a doler hace rato, veo como desde la adolescencia pensaba que cuando tenga más años de edad todo el dolor de lo absurdo y los sentimientos rotos pasarían, que todo aquello que pensaba iba a cambiar, qué solo sería cuestión de edad. Pero acá, con 23 años sigo pensando y sientiendo exactamente lo mismo, y a pesar de aventuras extremas hacia este mundo, a pesar de lanzarme hacia la tierra con espinas y algodones, a pesar de todo aquello, siempre llego al círculo de lo mismo, siempre pasan ciertas cosas, no puedo ni podré explicarlo, a veces escribir ayuda a descargar, aunque sean puras patrañas decoradas. Ya el miedo a la respuesta ronda mi mente, ya la respuesta se encuentra presente, es tan obvio y tan triste a la vez. Soy hermosamente enamoradiza, aprecio la belleza interior de una manera tan fuerte, me entrego hacia ella, me pierdo en ella, exploro y bebo de ella, me embriago, me pierdo, me ilusiono, me rompo. Otra vez acá, solitaria vaga enamorada.

Retrato.

Entre las imágenes, la absorción de mi infinito ser. Entre los recuerdos que no sé si son intactos, mi melancolía naufragando entre sus vestimentas, Y puedo sentirlos, puedo viajar hacia ese momento. Pero te quiero mostrar sonriente en esta noche, Pero la otra imagen de aquel dichoso enamorado aparece, Entonces comienzan a jugarse todos en la retina, en la mente En el cielo, en las escamas de las uñas chirriantes, Ya no puedo parar, no puedo, ¿es que me voy a ahogar entre imágenes? Basta de retratos afectivos, los amo, pero no todos terminan bien. Igual, hoy por hoy quiero que seas sólo para mí y mi visión, Igual hoy, voy a sacar a la luz la hermosura que otros la destruyen, Es que no pretenden ver la calidez y la paz de tu sonrisa, Y es que ni yo sé lo que verás… pero te gustará, ser sonriente de aspecto tranquilo. Jugaremos a encantar el entorno bello.

ya ni sé

Han pasado efímeramente, eternamente, inconcluso. Pero pasaron. Una cosa desembocó en otra, y así el festín se convirtió en monstruo agobiante. De la felicidad al caos post noche.
Que ya no sé que pasa cuando ni siquiera existen vasos ni botellas, que ya no sé que pasa cuando lo que está acá adentro se traslada convirtiéndose en algo diferente y no tanto pero sale a pasear un buen rato. Luego destruye ciertas emociones, aquellas que en este momento estan marchitos.
No, la edad no, ni lo que fue, ni lo que hoy es, no , ni maldad ni bondad, locura desbordante o quizás estupidez de una ensalada de cosas.
No se entiende, no nada, mientras sigo huyendo de cosas que me dan mucho miedo... pero no a la desintegración, ¿estoy a salvo? ¿estoy cayendo?, ¿estoy o no?, ya ni sé que sucede pero basta de ponerme a pruebas para saber qué dolor duele más, si total todos los dolores son diferentes, pero busco hundir mi canoa...basta. Escribo como una idiota, pero el dolor de cabeza y garganta no se quieren ir, entonces estoy cada vez mas en la oscuridad de una bolsa de residuos.

desconectado.

Pasan las horas. Te quedas congelado en el tiempo y yo sigo acá cayendo lentamente, subiendo lentamente.
El mar aliviará mis penas, se llevará todo lo nuestro. No, realmente nunca sentí algo tan hermoso, y no, me da miedo apartarte por completo. Pero mejor así.
Buscando y buscando las formas de expresar lo más sincero, pero temo demasiado y la demasía me agobia.
Quiero sentirme bien, pero me hundo más y más. Desvarío, pierdo el control, ya no soy yo sino las infinitas personalidades peleando por ocupar mi cuerpo. Pierdo, ya sin ropa ni zapatos voy corriendo llorando entre paredones serpiente.
Que si llegara a verte nuevamente me desvanecería, te adoro demasiado. Pero es así. Lo supe desde la última vez que dormí en tu cama, cuando aquel monstruo me alejaba de tu cama arrastrándome entre sus brazos largos, mientras yo te pedía que por favor me despiertes. Soñé mucho, soñé muy feo, había algo ahí, tu alrededor protegiéndote alejándote de mi. Ellos querían que esto terminara de la peor forma, y yo tambien, ya no sé quien soy si es que alguna vez lo supe y el viento me muerde y las emociones me desintegran. Desvarío por todas partes, ya el pesimismo pesa, pesa mucho. Quiero parar.

Vamos venimos, conocidos y no, laberintos.
Saltando los sentimientos rotos,
saltando los sentimientos que no se quieren dar a conocer,
sé , y no sé nada.
En otro momento, quizás, hubiese dejado todo
para creer estar vacía,
En otro momento, quizás, me hubiese arrojado hacia el amor sin importar la respuesta,
y ahora no sé nada; inconcluso.

Mi cabeza, mi mente, mis ojos, el tacto, las imágenes, las risas, el llanto,
el intercambio de vibraciones en la unión mágica .
Desnúdense todos, no teman, liberen lo que sienten, liberenlo,
pues, total, ¿qué más dá?

Julio Agosto Septiembre

Tres meses, los mismos meses, varios años.
Siempre lo mismo, siempre su fin,
Secandose junto a las hojas de los árboles,
pasa Julio Agosto y Septiembre,
tienen grietas, tienen dolor en el pecho
Hay una gran niebla posándose en la cabeza

Ciento cincuenta y dos mil árboles tirando incontables hojas
todas secas, todas frágiles,
dichas hojas vuelan fácilmente ante cualquier susurro,
y ¡ay! de Julio, Agosto y Septiembre
que no quieren cambiar a través de los años
No marchiten el corazón de aquella persona,
¿No ven que luego se vienen otros meses más de angustia y nostalgia?.

Pero pasará otro año, y en el calor de Noviembre, volverán los colores
las hojas verdes, el pelo indefinido, la risa contagiosa
y una que otra persona encandilada ante los juegos de miradas danzantes
y ya ya ya, pero ya. Ahora, hoy, es Julio, Agosto, Septiembre
la caída penoza de los que guardan silencio.
Así se irán...

Mientras otros esperan con armaduras el dolor,
y cuando pase, ya será noviembre, ay, ay.

Retorcer recuerdos, temblar temblar.
Reír y llorar con una dinamita en la garganta.

Estallo, estallamos.
¿Quiénes somos?. Nos llamamos no sé.
Incógnita duda pero con mucho cariño.

Y puedo sentir que las palabras juegan,
llegan a mi cerebro,
pero no, no es lo que quieres.
No es lo que piensas ni lo que sientes.
Vaya, cobardía asfixiante.

Acostada espero. Debería levantarme pero no. Es en vano, es en vano en esta soledad acompañada.
Quiero que me mires encandilado, quiero encandilarme en algún momento.
Basta de peros, si por lo menos buscarás un final a todo esto.

Sin saber cómo y cuando, pasamos del bosque al colectivo, y en el colectivo a las fotografías.
Vos y yo viajábamos de noche. Vos ibas del lado de la ventana. Era luna llena; ambos mirábamos como la luz jugaba entre los árboles y las plantas de choclo.
Vos decías que no te gustaba la fotografía que sacaste, porque está muy luminosa, luego volvías a mirar por la ventana. Ambos mirando por la ventana, la luna pegando en los árboles. Entonces jugamos con la luz y las cosas, mientras viajábamos felices en el colectivo.

Una señora nos adornaba en dulces y más dulces, pero cuando logró obtener nuestro cariño, se apartó de mí.
Ahora lo adorna a él y le hace diferentes tortas, yo miro desde algún rincón, soy indiferente. Él come, se viste con ropa nueva. Luego me propone salir de esa casa. Yo respondo sonriendo. Ahora nos encontramos en la calle de algún lugar caminando, en busca del tren que sale para Mar del Plata. Subimos, sonrientes, que lindo se te ve. Ya estamos en el tren los dos, viajando entre medio de los árboles, dichosos ambos de nuestra travesía.

Después de caminar con el traje marrón, los zapatos de charol negro. Después de salir del reducido vesstidor, me miré y miré a mi compañera. Ambas lucíamos bien.
Por lo tanto luego de concluída la travesía en la provincia de los circos, las brujas y La Plata fuimos caminando con la mirada bien arriba, sabiendo nuestro destino final.
Ellos se acercaron y se la llevaron, de repente se desvanecieron. ¿Yo?, bueno, jugué un rato, ni siquiera me escondí:
-acá estoy señores (decía con mi mirada).
Vinieron hacía mí. Ya no era yo aquella mujer, ví como nos ataron a mi compañera y yo, ví como nos cortaron la cabeza en el anochecer, ví como caíamos lentamente en la fosa del fuego, nada sentía, ningún dolor, ni miedo, nada sentía...

Me dí vuelta y encontré una porción de trapos verdes, tierra sagrada, miradas arrugadas, estimulantes con raíces.
Me dí vuelta y encontré monotonía por doquier, un cuarto que guarda una semilla, una invasión de recuerdos, sentimientos que laten.
Y ahora quiero ojos por todo el cuerpo, porque la ansiedad me carcome.

Todos los días le temo a algo. Cobarde, soy libre en casi todo, menos en amar.

Me preguntan: ¿por qué me queres?
Yo no puedo responder a eso, mi querer no tiene respuesta en cuánto al porqué, tampoco tiene medida: mucho, poco, exagerado.
Simplemente es un querer lindo, inexplicable. Cuando uno siente una buena sensación al lado de alguien, sea persona o animal, sabe que quiere, pero no sabe porqué ni cuánto. Sólo sabe que le genera cosas lindas a su ser, y esto es lo último que importa.
Y esto es lo último que me importa, la tranquilidad que siento en ese querer indefinido.

Avión.

¡Oh!, la abyecta melancolía, eterna nostalgia parece,
mas puedo saber que cuando pase el tiempo,
todo esto que tengo realmente vale la pena,
y aquello que pierdo, será un vano recuerdo
de lo que un día obtuve.
Cierto es que cariño no me falta,
cierto es que a veces deseo cariños inalcanzables,
pero deseo, y ¡cuánto!
y viajo, y deseo, y amo, y todo cuando atañe
a las belleza de mi ser. Siento.

¡Oh!, cuento un mes, se que pasará efímeramente,
y ya estaré en un nuevo lugar, con nueva gente, nuevo todo
para este cuerpo circundante.

Llévame infinitud de placeres, acá , allá
dónde sea, aunque prefiera la aventura con una persona o más,
sola disfrutaré tambien,
llévame, acá nada que hacer en estos tiempos.
Si tan sólo...

no si que no sabe.

Siempre creo que llega, y es una falsa ilusión,
distorción de contenidos esenciales,
animación de sentimientos perversos, escondidos en
emociones cambiantes.

Siempre pienso que llega, es solo una aproximación,
linda y traicionera,
quizás no, quizás si, el todo quizás,
la nada misma .

Lo difícil de desprenderse de las emociones pasadas,
lo difícil de retenerlas pero sin buscarlas nuevamente,
y así estancados, sin avanzar, nadando en una marea
de espasmos, sólo eso.

Mañanama.

Decido salir del placer que me genera estar bajo abrigos en mi cama.
La mañana fría y melancólica, pícara y encantadora.
A través del colectivo- pienso-, las calles se ven preciosas y las gentecitas todas abrigadas, pálidas, caminan con una sensación de sueño en sus rostros. Me gusta, inclusive aquel chico que sólo vestía remera y jean, me parecía agradable porque su piel un poco incómoda se ponía como piel de gallia ante el frío.
Las gotas en la ventanilla que está a mi lado, pegó los ojos al vidrio y las observo. Caen, algunas lentamente, otras rápido, juego que juegan una carrera y premio al ganador y me encandilo con el que quedó atrás, porque es más extraño su forma de bajar: lenta y tranquila.
Los árboles se mueven, las hojas amarillas caen haciendo piruetas, caen y van formando calles de puntos amarillos, es tan precioso. Hasta casi agonizando son preciosas estas hojas, que según yo, estan desprendiendose de las ramas porque ya han vivido algo, entonces, ahora les toca vivir a otras nuevas hojas y así mientras el árbol viva, y así mientras el árbol siga siendo una fiesta de vitalidad.
A veces pienso que me saludan los pajarillos, las hojas, los árboles. Me gusta la idea de pensar en eso, tambien, sentir la conexión acá, dentro mío.
Y mi dolor se va, estoy sola ahi, en las calles, en las cosas, estoy bien, estoy tranquila, totalmente ensimismada y tranquila.
Ahora bien, al bajar del colectivo, sucedió que: todas estas sensaciones no cambiaron, por lo cual pude caminar sonriendo con el entorno.

Reboloteando en mi cabeza estan las palabras inconexas.

alguien dijo

Seguir los pasos, correr por las calles turbulentas. Gritar y trepar un edificio, en la noche volamos.
Pelos del cuerpo con raíces por la tierra, en el agua y en su cabeza. Mi cama me pica, me pica mucho, me molesta. La cerveza me pica también, pero no me molesta.
Y aprendí a temer y amar mi libertad donde sea...

Que no crean que lo que dicen a otros es así, que no tiren lo suyo a los otros. Ah, porque el más sincero y abierto a veces puede ser el más traicionero, o no.
Pero pretender transferir las cosas al otro, eso si que no, cobardía del delito.

sssssssssss

Correr los pantalones sucios de las sillas, de las camas, del piso. Alto!, destruírse en carcajadas las camisas que de tanto trotar por la casa piensan en llegar al punto final, la bendita desintegración de la carcajada.
Ay, de las botellas de plástico con alcohol, caen del techo hacia la cama sonriente, y se queman, se ríen porque se queman, arden en entretenimiento.
Luego vienen los perfumes corriendo, y se tiran al tobogán de las risas, hasta que una pierna peluda decide sentarse, fin del acto.

resorte

Bueno está bien, hace un tiempo atrás fui una muralla, ahora soy el amazonas al descubierto con todo el verde, el agua y los animales de dicho lugar.
Bueno está bien, ahora soy desnuda, es decir, no tengo piel, se me ven todos los tejidos, los órganos, los huesos y la mugre de mi estómago.
Bueno está bien, ahora me convertí en resortes, y voy rebotando hasta por los lugares no sólidos.
Y rebotan mis emociones, rebotan, rebotan, pero no me importa porque no pierdo nada , los órganos a la vista y demás componentes de mi cuerpo siguen en su lugar, a pesar de que voy rebotando como resorte.
Prefiero así y no la muralla, estoy mal, estoy muy mal, estoy terriblemente mal, pero siempre sin piel y ya estoy bien mal, estoy muy bien mal, estoy terriblemente bien mal.
Prefiero así, el coraje de demostrar lo más difícil de demostrar: el afecto. Antes que esconderme.

Escondidillas

Busco la mejor forma de esconder mis sentimientos, esos que a veces desalineados salen expulsados de mí, hacia él,la.
Estoy empezando a perder los rincones, él,la, estan encontrando cada agujerito donde cabe un sentimiento. Y ¿qué hago?, destruyo las paredes, los placard, las mesas, las puertas, las cortinas...¿dejo la casa desnuda?.
Tengo miedo de la expresión emocional, entonces busco miles de vestidos para que vistan cada uno de mis cursiemociones.
Entonces no sé cómo escribir algo que sé perfectamente, pero que no encuentro la manera perfecta de opacarla así de ese modo cualquier lector se desvíe sin saber específicamente a quién me refiero, y yo por mi parte me gano las paredes, las cortinas y todo aquello que pensé en dejar a la vista.
Se complica todo, hasta hace unos años podía escribir cada cosa que sentía y no me importaba si él,la pensaban en que ellos y mis escritos eran mucha coincidencia. Ahora tengo miedo, podría ser una dama poetisa con todo aquello que quiero decir, pero callaré o usaré mil y un formas de tornarlo confuso diáfano, como si escribiese a la nada...

Naufragos errantes

Tu rostro y tus actos siempre pintándose de los colores más llamativos, en mi mente.
A veces vuelven y se ensucian y lloro tu ausencia, el no despido padre mío.
Del mar salimos, en el mar creciste y yo viví parte de mi infancia,
las montañas, la arena, los miles de chicos corriendo, y vos,
siempre me despertabas con mi comida favorita,
ay del mar y sus recuerdos,
de tu cálido ser,

Ya tus arrugas se fueron desvaneciendo de mi ilusión,
tus ojos sin color y tu figura medio borrosa,
ya no quedaba casi nada,
¿y ahora?
Ahora sólo un papel manchado en tinta melancólica,
eso nos une además del recuerdo y el maldito no despido.
Todos los días en mis sueños te despido,
en mis sueños, a veces los odio.
Y lloro otra vez, como una niña perdida y con miedo,
lloro. Mi garganta adolorida, mis ojos hinchados, lloro.

Pronto vamos a naufragar juntos por más de miles de años hasta que la tinta, el plástico y todo lo que está adentro de esta bolsita se desintegre,
pero pese a todo
¿ no es lindo, saber, que vamos a naufragar juntos como errantes por los océanos todos los días por miles de años?. Qué divertido, ya no estamos separados.

Miedo, miedo. Sentimientos apártense ¿qué vienen para hacerme sonreír? ¿eh?
Ay ciegos de corazón, no ven que me da miedo y quiero llorar,
es tan hermoso que quiero llorar.
Es tan lindo que me da miedo,

ah
olvidé que las sonrisas no se retienen para siempre,
si tan sólo cuando desaparecieras de acá,
yo no recordaría nada de lo sucedido,

Crueles son mis emociones, porque lloran antes del saludo.

Recorrido que no universal, que.

En las montañas instalado el calor, en el desierto frío.
Baja el solo quemando el desierto, se aleja de la montaña.
Fluye entre fotografías el viento del no universo o si.

Descarga eléctrica, furiosas las manos sin uñas caminando como arañas,
me trepan la pared, si, me trepan las circunstancias inexistentes,
Golpes, sean más fuertes, más y más y más,
casi que he llegado a descifrar todo el absurdo
laberinto de palabras y pensamientos,
más no
no he podido explicar esto
que no se explica,
en el recorrido que no universal,
que tan bien puedo jugar entre miles de letras.

Estalla las uñas por los miles de cielos,
infinitas cáscaras de algo caen del núcleo de la tierra,
Cerebros desparramados viajan en círculos hacía un no sé,
Hormiga me muerde,
se pierde un botón del pecho.
los dientes blancos,
la leche como lava,
ay

De día se van de fiesta las pelucas,
por la tarde descansan los colchones,
por la noche, ay de la noche,
por la noche nada.

Centavos

Una caja transparente con un elefante adornado en oro y piercings, flotando entre tantas monedas y un billete norteamericano.
Unos pasos entre la multitud colorida. Mareos, dolor. Sonrisa, risa enorme, carcajadas, estallidos. Paren. Llanto!.
La mala energía rondando, de caprichos de niños dudosos. Me quieren absorber, más pueden salir volando de acá.
Y un nudo en la garganta, y un deseo de destruír tantas cosas mentales. Para dejarme llevar, ya comienza.
Si, dejémonos llevar sin pensar, algunas cosas se piensan otras no.
Piensas una vez más, y yo estaré tan apartada de acá, volando en al aire, jugando entre las flores riendo entre los colores... basta de caprichos de niños dudosos.

Dos o uno , indiferente.

No sé, bueno sí. No, si, qué importa. No sabrás del futuro a excepción de planes que navegan en la superficie. No sabrás de sentimientos a excepción de sentimientos que navegan en la superficie. No sabrás de las acciones a excepción de las mínimamente pensadas y que, tambien, navegan en la superficie.
Déjala, tómala, sostenla, tírala, escúpela, acaríciala, besala, córtala; de la manera que quieras y cuando quieras, siempre y cuando el manantial te lleve hacia allá porque durante el trayecto pasado, porque durante este presente efímero ya estás decidiendo que así sea. Pero, ¿temes el futuro?, ¿avanzas hechos inexistentes, inconcretos, ireales, fantasiosos?, no, no. Eso si que no, y aclamo que eso si no permito, la cobardía del ser que imagina, re piensa, cae en un tobogán de conclusiones inconclusas, logrando apartar de antemano algo que no quiere apartar.
Entonces, acá viene la marea de cardúmenes que quieren comer pero no tienen hambre, y nadan pero quieren volar, y si vuelan quieren nadar, ¿entonces?.
Plaga de incongruencias acá, hechos mentales más no objetivos, látigos deseosos, cuerpos de dinamita.
Luces que no se van jamás, oscuridad si te tapas completamente los ojos (aunque no, juego con la forma interna y veo puntitos multicolor).
Ah, pues claro, si. Lo he casi comprendido. Puedo ponerme a prueba de todo y descartar o quedarme con lo que quiero. Con mi cuerpo.

La no mujer.

En el doliente corazón marchito,
nadando entre residuos de no amor,
rogando un mínimo cariño,
me abstengo de todo aquello.

La no mujer.

Mi cuerpo ha viajado por el cielo y el núcleo de la tierra,
han pasado los días por mis piernas,
han pasado los cariños por mi mente.

La no mujer

En el doliente corazón marchito,
descartando las sensaciones
nadando sobre migajas de sentimientos,
rogando tus ojos penetrar en los míos,
me abstengo de todo ello

La no mujer
y la si, y la nada.

una parte.

Lápiz de carbón, lápices de color verde y azul.
Hoja blanca con cráteres como la Luna, o eso aparenta.
Regla, dedos, mano; Rodilla, pie; ventilador, calor.
Comienza la mano izquierda a pintar de a poco los bordes de la hoja,
no sé que es lo que quiero dibujar, tampoco por dónde empezar.
Si doy vuelta la hoja para renovar las manchas que hice anteriormente,
pero no sé, si no he decidido qué es lo que voy a trazar.

Sólo sé que quiero dibujar, y que las líneas se conecten formando algo
inentendible, de muchas conclusiones inconclusas y que intriguen
por el resto de los días.

El viento en mi cara, mis pelos bailan en el silencio agradable.
Los pies casi flotan, flota todo el cuerpo en las delicias del silencio bonito.
Las hormigas van en fila, llevando cosas,
nosotros corremos todo el tiempo
y no sé que decir, ni que hacer
busco perderme en la infinitud de las emociones,
en las sensaciones de poderme elevar
y reír, reír, reír, siempre reír
aunque sea en silencio
aunque sea sola
o en companía
siempre reír y tocar el sol sin quemarme

de los tantos inconclusos.

Siento que estoy en el entorno de cálidas voces. En las charlas lindas de labios danzantes de energía.
Mi pecho arde, arde ansioso. Esa sensación que comienza a mostrarse como nunca antes. Un poquito de transparencia tímida.
Las charlas, las miradas, las risas, el silencio... todas esas cosas que por momentos llegas a creer que pueden ser de tal manera y no.
Ahonda en mí, naufraga, bebe mis hermoso sentimiento, embriágate de esto que siento. No solo lo que vemos está acá, hay mucho más aunque parezca un tiro flotando en el aire.
Deseoso está mi ser, deseoso de mostrar la belleza que guardo acá en mi cabeza, esa belleza que se va mostrando lentamente.
Ay, si pudieran ver más allá de un cuerpo parlante.

Cuando me conecto.

Que el color de un día lluvioso me acompañe sobre las gotas danzantes que rebotan sobre el suelo, cuando mis zapatillas de tela estan ansiosas por ensuciarse en la tierra.
Que el color de un día soleado me capture y me envuelva con sus rayos, mientras miro fijamente el cielo, mientras doy vueltas para mirar los árboles, las aves, mientras sonrío porque este momento es único e indescriptible.
Yo no sé de muchas cosas, porque dudo sobre ellas. Yo no sé y muchas veces tengo miedo del no sé. Pero al respirar cerca de las flores siguiendo con mi vista sus detallas, corriendo rápidamente fijando mi vista hacía el agua, hacía los animalitos bellos, hacía al más pequeñito e interesante. Acá de este lado cuando es así, siempre será así, porque de este lado no dudo y no me importa si el no sé me da miedo, porque de este lado me siento segura, me enamoro, soy efímeramente feliz.
Ahogarse en la naturaleza es placentero, quiero subir y bajar por el tobogán que admiro. Quiero sensaciones en las que me puedo perder, toboganes de colores, toboganes de vida...

voy

Esta noche quiero escuchar el ruído de las cosas y el eco de las voces diversas. Esta noche, caminando sobre un último suspiro sintiendo el agradable frío que pasa por mi cara mientras mi estómago tiene ardillitas danzantes.

Envuelta en un mar de emociones, pude sentir el roce del cuerpo que se niega a mostrarse completamente.
Pies ocultos tras medias que dicen calor, piernas rotas en una noche descontrolada y excitante. El pecho desea ser acariciado; ya todo el cuerpo está tranquilo.
La comida quiere salir de mi estómago, es un va y viene continuamente. No pretende quedarse ahí, entonces regresa la nausea, esas ganas de vomitar hasta el cerebro, buscando en ningún lugar una no explicación.
Luego "necesito" describir lo que acá sucede, acá adentro mío. No hay explicación alguna para sensaciones desconocidas, pero la relevancia sostiene que en mi estómago suceden nervios de emoción, nervios de algo que no se desnuda, entonces busca canalizar todo eso a través de la nausea y en última instancia, el llanto.
Por más que analice lo indefinido a mis efímeras bruscas pretensiones, algo del miedo recorre el entorno donde es preferible callar y dejarse llevar pero que a la vez hay una dicha deseosa de preguntarte sobre nuestro.
Y ahora, aprecio el instante de conexión interior, entre risas disimuladas, entre el aprecio de un juego en silencio y el sin saber del mañana. Quizás despiertes sin recordar mi rostro.

Viajar a través de tus brazos; sentir el abrigo en este invierno hermoso. Tus ojos marrones, la noche en tu cuerpo. Indescriptible mi ser se enamora en tu entorno.