jueves, 4 de noviembre de 2010

Cuando me conecto.

Que el color de un día lluvioso me acompañe sobre las gotas danzantes que rebotan sobre el suelo, cuando mis zapatillas de tela estan ansiosas por ensuciarse en la tierra.
Que el color de un día soleado me capture y me envuelva con sus rayos, mientras miro fijamente el cielo, mientras doy vueltas para mirar los árboles, las aves, mientras sonrío porque este momento es único e indescriptible.
Yo no sé de muchas cosas, porque dudo sobre ellas. Yo no sé y muchas veces tengo miedo del no sé. Pero al respirar cerca de las flores siguiendo con mi vista sus detallas, corriendo rápidamente fijando mi vista hacía el agua, hacía los animalitos bellos, hacía al más pequeñito e interesante. Acá de este lado cuando es así, siempre será así, porque de este lado no dudo y no me importa si el no sé me da miedo, porque de este lado me siento segura, me enamoro, soy efímeramente feliz.
Ahogarse en la naturaleza es placentero, quiero subir y bajar por el tobogán que admiro. Quiero sensaciones en las que me puedo perder, toboganes de colores, toboganes de vida...

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