viernes, 4 de diciembre de 2009

Saluda, suavidad de piel viva.

Cantar esta noche.
Lágrima de mujer misteriosa.
Cómo el eco de la voz se pierde en un rincón,
del cuarto que espía a través de ojos sin vida.

Cantar esta noche.
Mover las piernas para bailar,
cómo los ojos observan a la otra persona moverse,
con aquella música que llama.
Un nombre, un baile, una voz,
los ojos de vidrio espiando.

Corre, elevación de los pies finos y suaves como el terciopelo,
cuando la mañana salude de este lado del cuarto,
y el otro cuarto salude a un borracho con brillos en su cuello
y una marca de beso en su cachete.
Se apagará para soñar, entre sábanas sucias.
O en sábanas desconocidas y ya no en su cuarto.

Dulce melancolía, para cantar esta noche.
Para no poder contar los brillos del rostro,
y los zapatos tirados quedarán por ahi,
las ropas se mezclaran.
En un acto fuera de mí,
ciega espectadora.

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