viernes, 25 de septiembre de 2009


Y son las 12 52, de la madrugada . Casi la 1, casi las 2, las 3, las 4... casi ya que siento el sábado caer rápidamente.
Es que tengo tanto miedo de llegar a aquel lugar, es que tengo tanto miedo de todo. Y, no sé que hacer. Realmente no sé que hacer. Porque en realidad no hay nada que hacer contra la muerte y sus fechas que se avecinan para recordar la peor tragedia que te estampó contra la pared cuan insecto disecado sin vida, sin nada.
Es que no sé que hacer contra esto que se llama muerte. Seguramente diga algo, o quizás nada y solo abrazar sería un apoyo, es que no hay nada para hacer. Sólo dibujar alguna expresión en el rostro, sólo eso un dibujo buscando la forma adecuada...
Y son las 12 55, pronto será la 1. Ya no falta mucho, como tampoco falta para el sábado, para aquel doloroso recuerdo que no puede hacerte sonreír. Es una tortura sin solución. Yo aveces, desearía morir antes que todos mis seres queridos, para no sentir esa inmensa opresión en el pecho, ese dolor en la garganta que no se puede curar. Para que mis ojos esta vez no lloren sin parar...es que es lo único que no tiene solución... y es tan díficil contarlo, es tan díficil expresarlo escritamente- ni imaginarlo oralmente- es tan díficil que mi mente se adormece por el hecho del tiempo...el tiempo... el tiempo sigue como siempre...nosotros nos desintegramos...
Y sábado cae, ya me tiemblan las manos. Mejor me retiro a esperar, esperar esta dicha de la vida...

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