Era mi cama una pequeña tabla incómoda y dormías ahí. Entre acolchados sucios te escondias, mientras aspirabas aroma a las flores más dulces. Todo parecía que esto te gustaba. Pero yo te miraba y sentía que quizás no deberías dormir ahi, pero siempre estabas.
Entre libros te perdiste, esos libros que tanto me gustan, viajabas a través de ellos. Era una sensación rara la manera en que te perdías, pero eras hermoso entre bellos escritos... eso eras, como los sueños lindos que se construyen cuando dormis , porque estas seguro que esa parte en la realidad no existe.