miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pues, esta cabeza de piña.




En los minutos que agobian.

En las horas dónde perdias el control.

En esas noches dónde ya no eras vos, sino algo desconocido,

muy lejano a tu yo en su estado verdadero.



En esos días donde por no querer estar en aislamiento,

terminaste rompiendo muchas relaciones sociales.

Y la impotencia de saber que el conflicto mental encadenó la mente.



Pero, quizás ya está pasando

y la luz comienza a salir más seguido

y no hay nubes, ni humedad molesta.

Y no hay atracones suicidas,

No hay nada molesto.



La fortaleza regresa,

la cara sonrie tiernamente.



Y cantar sonriendo cuando las penas por fin se liberen,

y ahora si, el deseo de regresar al entorno.

Regresar con el corazón feliz,

y charlar , reir, brillar.



Porque, el cuerpo vivo siempre tiene reparo de actos estúpidos,

porque, todos tenemos nuestros momentos estúpidos.

Entonces, cantar sonriendo cuando las penas por fin se liberen,

y empezar otra vez a ser lo que siempre fue...




No hay comentarios:

Publicar un comentario